Autor Tema: La Santa Muerte (última parte)  (Leído 5667 veces)

omoire

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La Santa Muerte (última parte)
« en: Marzo 10, 2009, 08:04:42 pm »
Mitos y mentiras

La Santa Muerte como culto religioso/espiritual está a punto de convertirse en una “religión” de seres humanos… y una “religión” en manos de los seres humanos deja de ser religión para convertirse en un negocio bastante lucrativo:

Hace unos 6 meses uno de los “líderes” religiosos responsables del “santuario” establecido en el peligroso barrio de Tepito (colonia de ladrones, mercado negro, drogadictos y prostitutas), para rendirle devoción a La Doña , Juan Díaz Parroquin, explicó que se decidió cambiar la imagen “esquelética” de La Doña por el de una “Hermosa dama”, señalando ante diversos medios de comunicación que “el cambio de imagen va a causar polémica, pero a nadie se le va a obligar a que acepte el cambio. Por eso desde hoy se ha expuesto la nueva imagen para que la gente vaya entendiendo el asunto”…
 
Sin embargo, el cambio de aspecto que ha pasado de un esqueleto con guadaña a una angelical mujer, ha provocado polémica entre los devotos, algunos de los cuales lo consideran una "blasfemia".

“El arzobispo de la Iglesia Tradicional México-USA, que centraliza esta devoción, David Romo, asegura que el cambio de 'look' se debió a que recibió la visita de una mujer que le dijo que la Santa Muerte se le había aparecido en sueños para pedirle la transformación”… algunos devotos han acogido bien la decisión, pero otros han reaccionado con indignación”…
 
Su servidor no entiende: primero algunas personas se asumen como líderes morales y determinan el establecimiento de una iglesia para rendirle culto… y ahora, con el (típico) pretexto de “mensajes divinos” a través de un sueño deciden también cambiarle de imagen? Qué diferencia hay entonces entre aquellos jerarcas católicos que señalan que La Santa Muerte NO existe y que es un culto demoniaco, con aquellos que están materializándolo en “aberraciones espirituales” producto de sus intereses personales? El cambio de imagen es para hacer de La Doña algo más accesible que permita con los años su aceptación en el seno de la Iglesia católica, y en consecuencia, para tener acceso a todos los privilegios y lujos que detenta del Vaticano?
 
Existen muchos mitos y mentiras alrededor de La Santa Muerte, algunos de ellos señalan entre las mentiras más comunes, que:
 
1. La condena de la Iglesia católica se basa entre otras cosas en el Apocalipsis de San Juan (20, 13-14), en el cual se señala la muerte será lanzada a un gran pozo de lava hirviendo: "Y el mar devolvió los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras. La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago* de fuego".

(*Este lago de fuego es la llamada “muerte segunda” o “muerte eterna” y se refiere concretamente al infierno en el que ya viven los que están lejos de Dios).
 

2. Se dice que el aumento de personas en el culto a La Doña es porque "la gente no está preparada para morir y está buscando quien lo proteja, quien los cuide, quien les haga más amable ese último trance llamado muerte".


3. Una confusión más que esgrime la Iglesia católica se debe a las oraciones del sacramento de la “Unción de los enfermos”, en el que se solicita a Dios una "santa muerte", es decir, "morir en amistad con él", lo que según ellos ha dado pie a esas malas interpretaciones que le han generado su devoción.

 
4. Hay quienes afirman que La Santa Muerte “se cobra” todo lo que se le pide: por ejemplo, si un hombre le pide poder tener a su lado a una mujer de la que esté enamorado (en situación adversa), con el tiempo, y después de concederle su petición, La Doña “matará” a la mujer o a uno de sus hijos (si es que de la unión de la pareja llegan a nacer niños).

 
5. La devoción a La Doña permite impunidad, evita la muerte, la cárcel y da autoridad para deshacerse de los enemigos.

 
6. Los ritos iniciáticos para pertenecer al culto de La Santa Muerte son secretos, pero hasta donde se sabe, bastante delicados, escabrosos y severos.

 
7. La Santa Muerte es una entidad maligna con la cual se puede trabajar para destruir a cualquier persona.

 
Procedo a tratar de responder con ejemplos o con mi experiencia estrictamente personal a los anteriores cuestionamientos:
 
1. Este punto lo respondo con un párrafo posteado en la primera parte este tema, el cual que es por demás elocuente:

“Ante tales muestras de fe, la Iglesia Católica mexicana (junto con la Iglesia Bautista, la Metodista, la Presbiteriana y otras más), no solo ha condenado su devoción (“por considerar que el credo oficial debe estar basado en la vida, y no en su opuesto”), negando su existencia y rechazando que forme parte de los Santos de esa religión (que en la práctica el culto a la Santa Muerte ha demostrado ser una “alternativa” al catolicismo popular y ante la evidente fatiga de la fe católico dirigida desde el Vaticano), sino que incluso presionó al gobierno mexicano para que cancelara el registro a un grupo religioso que se autodefinía como “iglesia de culto tridentina”, bajo el argumento de que violó “sus propios estatutos” fundacionales, pues habían registrado un objeto de culto y en la práctica se dedicaban a otro. Se calcula la existencia numerosas parroquias entre la ciudad norteamericana de Los Ángeles y México, con una cifra aproximada de unos dos millones de creyentes, aunque estimaciones más objetivas los ubican arriba de los seis millones...”
 

2. Esta afirmación es un tanto valida, pero no se puede aplicar a todos los devotos de La Santa Muerte, pues hay quienes buscan en ella solución a sus problemas y hasta cierto punto, evolución espiritual cuando se alcanza una elevada conexión con ella…
 

3. A lo largo de la historia la Iglesia católica se ha caracterizado por ser contradictoria: si hacemos caso a aquellos estudiosos serios del contenido de las sagradas escrituras, la Biblia y las oraciones que se desprenden de ella “abren la puerta para que todo el amor y la bondad del Señor se manifieste de diferentes maneras… de ser cierto esto, la misma Iglesia reconoce su existencia y si ésta existe como creación de Dios, debe tener una función más que aquella de “matar”… más como siempre debemos recordar que toda entidad espiritual ha sido creada por el Padre eterno para ayudar a la evolución del ser humano…
 

4. El vox populi advierte que si una persona ofrece algo (el sacrificio) a un Orisha a cambio de obtener algo, debe entregarlo sin dudar: debe cumplir su promesa. Lo mismo sucede con La Santa Muerte: un ofrecimiento se le debe de cumplir, pero tampoco es que “ella de desquite con lo que más te duela”, no, simplemente se limita a recordarle al agraciado con sus bendiciones que lo que se promete se cumple…
 

5. Este punto lo respondo primero con la siguiente nota periodística:
 
“El Comandante Pantera o Padrino Endoque, líder del templo a la Santa Muerte ubicado en Tultitlán, estado de México, murió asesinado en su vehículo de lujo cuando circulaba por la vía López Portillo, en Ecatepec, durante un ataque con fusiles de alto poder que provocó lesiones a una de sus dos acompañantes. Antonio Urrieta Toscano y sus acompañantes viajaban en una camioneta Cadillac Escalade color arena, matrícula LZB3360 del estado de México, la cual portaba diversas calcomanías con la imagen de la Santa Muerte pegadas en la carrocería… un monumento a la Santa Muerte, de 22 metros de altura, fue erigido a un lado de la vía López Portillo, en la colonia Santa María Coatepec. Desde entonces el Padrino Endoque encabezó ahí las misas en honor a la Niña Blanca, celebradas los domingos ante cientos de seguidores… Con pupilentes verdes, piel extremadamente cuidada, vestimenta negra o blanca y collares multicolores, el también conocido como Comandante Pantera consolidó su iglesia en Tultitlán, perteneciente al Grupo Santa Muerte Internacional”.
 
Si se lee con atención, en la nota vienen algunos detalles que hablan del tipo de vida que llevaba esta persona, a los cuales puedo agregar que el Comandante Pantera era sacerdote de Osha (Santero), se dedicaba al narcomenudeo y se caracterizaba por ser una persona prepotente, violenta y debía ya varias vidas: estos detalles los conocí de viva voz de otro Santero que llegó a tratarlo directamente. Por otro lado, pensar que construyendo un monumento de 30 metros “a una deidad”, obtendremos un pasaporte que nos garantice inmunidad ante nuestros desmanes, es simplemente ignorancia.
 

5. Si el ser humano ha sido capaz en menos 40 años de fundar una Iglesia para rendirle culto a La Santa Muerte, y en tiempos recientes, cambiar hasta “la imagen” que la representa, por qué no podría inventar ritos ceremoniales para ingresar “a un círculo vip” y disfrutar de las bondades exclusivas de pertenecer a su grupo selecto de “sacerdotes”?
 

6. Esta aseveración es una insultante mentira: su servidor es devoto de La Doña desde hace más de 20 años (aunque su presencia en mi vida se remonta a los 8 de edad) y de lo único que ha necesitado para obtener sus bendiciones es de Fe, respeto y tenerle dedicado un pequeño rincón de mi casa con un altar para atenderla.
 

7. Para todo mundo es sabido que con una entidad espiritual se puede hacer trabajo bueno o malo, y La Santa Muerte no tendría por qué ser la excepción. Una oración sirve para sacar adelante la salud de una persona… una botella de tequila o una ofrenda de manzanas rojas o flores sirven para lo mismo… pero también una combinación de agua de pozo y cementerio acompañadas de una velación sirven para perjudicar a una persona… o también aceite negro, polvos especiales y orina: trabajos hay muchos y para todos los motivos posibles, sí, pero aquí también se aplica aquel principio que dice: “si pides cosas buenas, recibirás cosas buenas… si pides cosas malas, atente a las consecuencias”…
 

Conclusión

¿Se puede concluir algo? Hablar de La Santa Muerte es entrar en un tema extenso y con diferentes ópticas… su servidor, basado en experiencias exclusivamente propias, sólo ha tratado de exponer en unos cuantos renglones la relación que en los hechos mantiene con La Doña: en contadas ocasiones he llegado a hacerle una petición personal (se cuentan con los dedos de una mano) y en todas me ha atendido, y quizá por ello deba aclarar que mi relación con ella está basada en contar con su compañía en mi vida en forma permanente (insisto en señalar que es a nivel individual: no incluyo la parte de nuestro trabajo como espiritualistas -el de Gaga y el mío- en el que siempre está involucrado un tercero y en el que siempre nos resuelve favorablemente).

Habrá quienes difieran de mi opinión, los que estén de acuerdo en su existencia o no, en las bondades que proporciona serle devoto o no, en creer en su naturaleza o cuestionarla… pero existirán también quienes para bien o para a mal expongan otro tipo de testimonios, y lo importante de ello es que todos son válidos…
 
Saludos…

Rubén Cuevas

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (última parte)
« Respuesta #1 en: Marzo 10, 2009, 08:27:29 pm »
Solo un comentario omoiré......

El hombre se maneja por medio de símbolos, y muchas veces pensamos que esos símbolos son meramente dibujos o gráficos sin importancia, y ocurre que esos ideogramas tienen vida propia y son portafores de energías muy sutiles y más cuando la lucha por  establecer esos símbolos está sociada a sacrificios, que inclusive pueden ser de sangre humana (guerras). Recuerdo que a unos militares de la fuerza aeréa Venezolana, hace algunas décadas se les ocurrió cambiar el escudo de la aviación militar; muchos se molestaron y con razón, pues el antiguo escudo representaba a los aviadores caidos; pero resulta que el año que cambiaron el escudo y en plenas celebraciones del aniversario de la fuerza aérea, ocurrieron una cadena de accidentes y fueron unos cuantos pilotos los que con su sangre ignauraron el nuevo símbolo. Por eso le doy la razón a sus coreligionarios, pues no desean ver a La Dama como una mujer hermosa, sino como su calavera de siempre, porque el símbolo que representa a la muerte es universal y jamás podrá ser sustituido, amen de que las mayores injusticias religiosas se han cometido por las famosas revelaciones místicas de algunos irresponsables espirituales.

Suerte.