Autor Tema: La Santa Muerte (primera parte)  (Leído 9632 veces)

omoire

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La Santa Muerte (primera parte)
« en: Marzo 04, 2009, 08:15:34 pm »
Iború, Iboyá, Ibosheshé...

Procedo a compartir con ustedes un panorama general de lo que es el culto a La Santa Muerte en México, sólo que en esta ocasión lo hago de forma un poco más rigurosa (metodológicamente hablando), para diversificar los diferentes aspectos que deben tomarse en cuenta para conocer (y entender) en qué consiste la esencia de esta entidad espiritual...

Antecedentes

La veneración a la Santa Muerte está íntimamente ligada al culto que se le rinde a la muerte y el proceso de morir (el fin de la vida, opuesto al nacimiento) y lo que ocurre –con el alma- después del fallecimiento de una persona...

La muerte, representada con la figura de una persona, convive de manera cotidiana con los mexicanos, y muestra de ello es la celebración del Día de muertos el 1 y 2 de noviembre de cada año: estas creencias prehispánicas consisten en “festejar y celebrar” a los antepasados muertos, pues a estos no hay que recordarlos con tristeza, si no con la alegría que tenían cuando estuvieron vivos...

Los antiguos pobladores mexicanos veían a la muerte como algo necesario y como parte de un procesos normal que le ocurre a todos los seres en la naturaleza, concepción arraigada al observar similitudes entre la vida y la muerte con el día y la noche y la época de secas y lluvias. Es por ello que representaron este ciclo con dos deidades Mictecancuhtli (dios) y Mictecacihuatl (diosa) como los señores de la muerte (y cuyo centro ceremonial llamado Tlalxico se localizaba en la antigua ciudad de Tenochtitlán), quienes a su vez “habitaban” en Mictlán: la tierra de los muertos y a donde todo ser humano iría a para después de morir. Esta conceptualización tiene detalles por demás interesantes, pues por ejemplo, para llegar hasta donde estaban estas deidades y entregarles una ofrenda (tradición vigente en la actualidad y que hace que los altares de la Santa Muerte y la celebración a los Fieles Difuntos se llenen de viandas, bebidas y regalos), primero debían recorrer un largo y conflictivo camino en el que debía de superar diversos obstáculos (algo similar a lo propuesto por Dante Alighieri en su novela poética La Divina Comedia)...

Un detalle interesante de esta cosmovisión es la que la representación de la vida y la muerte se hizo en figuras humanas de barro divididas en dos partes, lo cual simbolizaba la dualidad entre lo vivo y lo muerto. A este tipo de artesanías se sumó el uso de cráneos y calaveras humanas adornadas, lo que marca el inicio del culto a la muerte como hecho irremediable, principalmente entre los antiguos mexicas y aztecas, adoración que con el tiempo se extendió a otros grupos los totonacas, zapotecos, mayas, tarascos* y mixtecos (un ejemplo de su extensión se puede apreciar en los adornos mortuorios de la diosa azteca de la fertilidad Coatlicue). Por parte de los vivos, a su vez, se realizaban ofrendas y ceremonias a Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl  para tenerlos contentos y recibieran a los familiares difuntos, pero curiosamente también para conseguir “otros” beneficios relacionados con el gran poder de la muerte en sí...

Es tal la importancia del culto a la muerte en los grupos prehispánicos que la gran ciudad de Tenochtitlán, emblema del increíble poderío de los mexicas, cuenta con una gran avenida (aún hoy en la actualidad turísticamente circulable), llamada “La calzada de los muertos” y que no solo cruza el centro urbano de un extremo a otro, sino que conecta directamente a la Pirámide del sol (la vida) con la misteriosa e incomprendida Pirámide de la Luna (la muerte)...

Con la llegada de los españoles y las posteriores actividades de evangelización y colonización, se consiguió disminuir el culto a la muerte al grado de hacerlo clandestino, hasta que a finales del siglo el siglo 19 resurge con ímpetu. Según cuentan las leyendas urbanas, durante todo este tiempo el culto a la muerte en su fase oculta siempre se mantuvo vivo gracias a los sacrificios humanos y por otro tipo de ceremonias por parte de los depositarios o guardianes de las culturas prehispánicas: leyendas urbanas, dicen los que niegan toda expresión espiritual, “pues el resurgimiento de la muerte como deidad y convertida en una Santa ha sido sociológicamente tratado de explicar como un fenómeno que ocurre cada que un país se hunde en crisis socioeconómicas, lo cual genera ídolos y entes milagrosos que padecen la devoción de los desprotegidos para tratar de salir adelante a través de los milagros”, pues lo cierto es que los depositarios o guardianes de las culturas prehispánicas sí existen y tienen un papel fundamental en esta herencia cultural...

* De hecho en la actualidad, los festejos del Día de Muertos por parte de los tarascos están considerados como los más impresionantes de las celebraciones del 1 y 2 de noviembre en México.

Culto

En este contexto el culto moderno a la muerte, representado en una “Santa” de maneras humanas, se dice surge en las zonas marginales de la provincia de Hidalgo, entre los años de 1964 y 1966, expandiéndose de inmediato a los estados circunvecinos como el Distrito Federal, Guerrero, Morelos y finalmente en todo el país, al grado de que la alarmada Iglesia Católica, ante tanto fervor, ha descalificado su existencia pues su “popularidad iguala a la que durante siglos mantuvo la misma Virgen de Guadalupe”. Sin embargo, otras investigaciones ubican su origen en Catemaco, en el costeño estado de Veracruz, lugar que se caracterizó durante mucho años por ser “la sede” de los principales brujos y curanderos mexicanos...

Fue precisamente el origen del culto a la "Santa Muerte" en los barrios pobres de las grandes ciudades, que durante muchos años se le vinculó con delincuentes, narcotráficantes, criminales y hasta con ritos satánicos y misas negras, sin embargo, sus creyentes y adoradores son personas que nada tienen que ver con dichas actividades e inclusive muchos profesan la fe católica, motivo por el cual ahora ya se le define como "fenómeno social"...

La "Santa Muerte" o "Santísima Muerte" o “La Doña” o "La Santa Blanca" o "La Dama de Blanco" o “La Niña” o "La Comadre" o "La Flaca" o "La Señora", representada como una figura masculina o femenina “tenebrosa”, con guadaña, un rosario, vestida con una túnica blanca que la cubre de pies a cabeza y una corona dorada, es venerada por igual por policías, presos, militares, taxistas, niños de la calle, abogados, vendedores ambulantes, políticos, prostitutas y en general por personas que cotidianamente ponen en riesgo su vida, pero también por igual por aquellos que le piden la recuperación de la salud, suerte, dinero, venganza, protección e incluso el amor de una persona. Suele también estar simbolizada por otros colores con profundo significado esotérico, como el caso del negro (para protección, tener ímpetu, vencer enemigos y alcanzar logros), verde (para la salud, la sanación y la unión), morada (para abrir caminos y solucionar cualquier situación adversa), café (para establecer contacto con los desencarnados), dorada o amarilla (para los negocios, el dinero y la buena suerte) y roja (para el amor, la pasión y el buen carácter)...

Su adoración incluye diversas condiciones, entre ellas mantener una actitud sincera, de amistad, confianza y de fe ante ella, sin temerle ni faltarle el respeto. Sus ofrendas incluyen flores (rosas), tequila, ron y vinos, pan dulce, cigarrillos y habanos, veladoras, manzanas, dulces, inciensos y hasta costosas joyas. Curiosamente, y pese a que la Iglesia Católica condena su veneración, su culto de tipo pagano hace que ésta práctica esté asociada al propio catolicismo (en un abierto sincretismo), al grado de que ritualmente sus ceremonias incluyen procesiones, altares, rezos y oraciones, medallas, novenarios, estampas (incluyendo tatuajes), cuadros, bálsamos, jabones, velones alusivos y el 15 de agosto como su día oficial de celebración (también se considera el Viernes santo como importante para rendirle culto). Recientemente se han incorporado ya templos, centros de veneración, altares en plena vía pública e incluso ya cuenta con su Santuario Nacional de la Santa Muerte...

Ante tales muestras de fe, la Iglesia Católica mexicana (junto con la Iglesia Bautista, la Metodista, la Presbiteriana y otras más), no solo ha condenado su devoción (“por considerar que el credo oficial debe estar basado en la vida, y no en su opuesto”), negando su existencia  y rechazando que forme parte de los Santos de esa religión (que en la práctica el culto a la Santa Muerte ha demostrado ser una “alternativa” al catolicismo popular y ante la evidente fatiga de la fe católico dirigida desde el Vaticano), sino que incluso presionó al gobierno mexicano para que cancelara el registro a un grupo religioso que se autodefinía como “iglesia de culto tridentina”, bajo el argumento de que violó “sus propios estatutos” fundacionales, pues habían registrado un objeto de culto y en la práctica se dedicaban a otro. Se calcula la existencia numerosas parroquias entre la ciudad norteamericana de Los Ángeles y México, con una cifra aproximada de unos dos millones de creyentes, aunque estimaciones más objetivas los ubican arriba de los seis millones...

La indumentaria y adornos que suelen acompañarla tienen diversos simbolismos:

a) la túnica que cubre de la cabeza a los pies su esqueleto, manifiesta la forma en que el ser humano oculta esa carne que los delata como mortales;
b) su rostro cadavérico muestra a su vez el destino de todo hombre y mujer: la muerte física;
c) la guadaña en la mano derecha representa la justicia ineludible de un Dios creador, no de ella si no del ser supremo que gobierna y rige la vida de todos;
d) el mundo en su mano izquierda manifiesta que para ella no fronteras ni rincones inalcanzables ni distinciones entre los hombres;
e) la balanza colgando también de su mano izquierda representa la equidad y la imparcialidad y;
f) el reloj de arena es el ciclo de duración de la vida en el planeta .

Ahora bien, dentro de las llamadas prácticas espirituales en México, la Santa Muerte tiene un lugar primordial entre los Curanderos, Chamanes, Espritualistas y los mal llamados Brujos al momento de realizar sus trabajos, ya sea para curar, proteger, abrir camino, salvar vidas o retirar trabajo negro… o para hacerlo. Curiosamente esta polaridad hace que en el país la presencia de la Santa Muerte genere a su vez miedo y pánico entre Babalowos y Santeros.

La tan cuestionada polaridad de las deidades para hacer el bien o el mal también se encuentra presente en esta entidad espiritual, pues cumple tanto a quienes desean el bien como a quienes piden el mal. Sin embargo, como toda ley universal, llegado su momento toda persona “debe entregar cuentas de lo que hizo en vida”, para bien o para mal y tendrá que responder por lo que en su momento le pidió a la Santa Muerte o hizo a través de ella...

Saludos...

Rubén Cuevas

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (primera parte)
« Respuesta #1 en: Marzo 04, 2009, 10:17:43 pm »
Saludos omoire.....

No quiero interrumpirlo en su excelente exposición, pero tengo varias preguntas:  ¿Existen sacerdotes dedicados exclusivamente al culto de la Santa Muerte? y en caso de que así sea ¿existe una iniciación determinada para llevar esa investidura? ¿Puede un iniciado en la Osha o Ifá venerar a la Santa muerte? y finalmente ¿En qué se diferencia el culto a la Santa Muerte a la veneración de los muertos?

Gracias de antemano por sus respuestas.....
 
PD: Ahora al margen, un comentario sobre el culto de la iglesia católica y el culto a la Santa Muerte. Yo quisiera que algun hombre de sotana me explicara lo siguiente: si los católicos adoran a un hombre crucificado y muerto, el cual supuestamente les otorgará la vida eterna (claro después de muertos).... Entonces ¿Porqué no adorar a aquella que tuvo más poder que él y se lo llevó también? (algún día se revelará donde está su tumba). Seguro a ciertas personas le sonará ofensivo lo que escribiré, pero...... Para que adorar al payaso, si puedo adorar a la dueña del circo.
Suerte.

Suerte.

omoire

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (primera parte)
« Respuesta #2 en: Marzo 05, 2009, 08:33:56 pm »
Iború, Iboyá, Ibosheshé

Saludos Oluwo: trataré de responder a sus preguntas de la manera más objetiva posible, ya que conforme lea mis respuestas comprenderá que el estado que guarda el culto a la Santa Muerte, entendiéndose como un culto religioso/social, tiene características que más que ofrecer respuestas concretas, sólo permiten dar un testimonio basado en experiencias personales*, y por lo mismo espero no defraudar sus expectativas:

A) ¿Existen sacerdotes dedicados exclusivamente al culto de la Santa Muerte? y en caso de que así sea ¿existe una iniciación determinada para llevar esa investidura?

Estas dos preguntas se responden juntas… en muchas ocasiones se puede ver cierta ironía cuando se habla de un “culto” a la Santa Muerte, entendiéndose como “culto” a un grupo de personas aglutinadas bajo normas religiosas  dirigidas por un líder, sin embargo, también puede verse con otra acepción, que es aquella en la que un individuo decide qué constituye una verdad, en qué creer y qué practicar basándose en sus experiencias…

Actualmente “el culto” a la Santa Muerte se encuentra en un interesante proceso, pues está dejando de ser un culto individual para convertirse en uno institucional basado en una hermandad personal y directa a partir de una creencia colectiva, en este caso la creencia de que existe una “entidad espiritual milagrosa”, aglutinada en una iglesia estructuralmente jerarquizada…

Este “fenómeno” de tratar de aglutinar el culto alrededor de “una iglesia”, desde mi punto de vista muy personal, puede tener dos orígenes:

uno, el de la devoción de una persona que considera justo que la Santa Muerte tenga una Iglesia bien organizada para expresarle su fervor…
dos, aquel que desde la perspectiva oportunista está tratando de erigir como líderes religiosos de una “Iglesia de la Santa Muerte” a un reducido número de personas…

Pese a todo, su servidor aún no se atreve a expresar una posición, pues la creencia de que la Santa Muerte existe está basada en mi relación personal (individual) con ella, y no por fanatismos ni conveniencias… de cualquier modo le aseguro que difícilmente nos podrá ver pisando un templo dedicado a ella, pues pienso que no se necesita de un sacerdote ni asumirse como feligrés para “pedirle algo a la Doña”, pues de caer en esas actitudes se estaría cometiendo el mismo error que ha hundido en forma patética a la Iglesia Católica y al Vaticano cuando trataron de auto nombrarse como “los únicos intermediaros oficiales” entre Dios y los seres humanos…

Su servidor mantiene amistad con otras personas devotas de la Santa Muerte –algunos de ellos son practicantes de otro tipo de religiones como la católica o las diversas expresiones afrocaribeñas- y ninguno cree en la necesidad de tener a una persona como líder religioso de sus creencias, ya que en su propia casa mantiene contacto con “La Doña”, le rinde culto y atenciones y obtiene de ella las respuestas que necesita…

Por lo anterior le puedo afirmar que no se requiere de ningún tipo de iniciación determinada para llevar no solo “una investidura inexistente (quien lo afirme está mintiendo)”, sino que tampoco requiere de otro tipo de acto ceremonial para creer en ella: sólo necesita su fe… también le puedo decir que es de agradecerse que hasta el momento no existe –todavía- un corpus  o liturgia que nos “cuente” cuál fue el origen de todo, cómo debemos comportarnos como devotos y no nos exija normas de respeto hacia aquellos que todavía no se autonombran “líderes religiosos de la muerte”…

Usted entonces me preguntará cómo creer en algo que no tiene corpus, ni liturgia ni principios o mandamientos, ni historia? muy sencillo, se creé en la Santa Muerte porque a diario, de una manera u otra, nos “habla con hechos”, con pruebas que nos hacen creer en su existencia... además:

1) gracias a no-sé-quién el culto aún no tiene sacerdotes que nos digan qué y cómo creer...
y también
2) gracias a no-sé-qué el ser humano a este culto "aún" no lo ha convertido en “religión” …

B) ¿Puede un iniciado en la Osha o Ifá venerar a la Santa muerte?

Con toda sinceridad le puedo decir que no sólo Gaga y su servidor, como sacerdotes de Osha y Palo Monte, podemos constatar con nuestro ejemplo que se puede venerar a la Santa Muerte, sino también le puedo compartir experiencias de amistades e incluso mayores de Osha que también lo hacen: al menos en la práctica y hasta ahora no hemos enfrentado situaciones en nuestra vida diaria que nos indiquen lo contrario (¿será que no existe ningún tipo de ceremonia iniciática que altere la integridad energética de la persona?)… con respecto a Sacerdotes de Ifa le puedo confesar que me abstengo de hacer comentario alguno de si pueden o no, pues aún no conozco la práctica religiosa de esos grados religiosos… pero sí le puedo afirmar que conozco a más de un Babalowo que le tiene pavor a esta entidad espiritual…

C) ¿En qué se diferencia el culto a la Santa Muerte a la veneración de los muertos?

La Santísima Muerte es la personalización de la “muerte” per sé, en el cual su identificación como individuo la hace resaltar como una “autoridad”, como la entidad espiritual que tiene la misión de poner fin al ciclo de vida de una persona… por ello es común que sus devotos no renieguen ni blasfemen de ella (ni del Padre Eterno, “patrón último” de la misma “Doña”, la encargada de cumplir la voluntad del Dios creador de todo), por la pérdida de un familiar querido: saben que el destino ya estaba marcado y que en cualquier momento se iba a hacer presente para hacerlo valer… 

La “Doña” siempre es vista con respeto y en ningún momento se le vincula con el dolor y sufrimiento humano de los vivos por la partida de los muertos, la veneración a estos es independiente –digamos que se diferencia enormemente- desde el momento en que a nuestros antepasados nos ligan raíces ancestrales en las que se entremezclan sentimientos, linajes, destinos y herencia de sangre que siempre nos hacen sentir que con su partida “se llevan algo de nosotros”, aparte de que las atenciones son un momento de descanso durante su largo caminar como desencarnados, mientras que ella misma es el destino –seguro- con el que aprendemos a convivir antes de que se haga realidad y por lo mismo nuestros vínculos con ella son netamente espirituales…

La celebración con la Santa Muerte y con nuestros muertos –como culto- que realizamos Gaga y su servidor durante el 1 y 2 de noviembre (y no en agosto como lo han establecido algunos), tiene que ver con el destino que nos tiene unidos a todos los mortales con la “Doña”, con la perspectiva de que no porque ella será quien nos avise que ha llegado el momento de entregar nuestro último aliento, la vamos a odiar o trataremos de escondernos o de negociar “más vida”… también es una manera de decirles a nuestros antepasados: “miren, con ella comenzó todo: dense cuenta que no fue necesariamente malo, pero además, todos los aquí presentes, vivos y muertos, “andamos” en lo mismo”…

Sobra decir que también es por ello que el ambiente en nuestra casa durante el 1 y 2 de noviembre es aún más especial del que invade en general al país: aparte de ser muerteros (y creo que esto le aclarará mucho de lo que le he tratado de responder), la presencia de nuestros antepasados y de la Santa Muerte en esa celebración - y así lo ha afirmado mucha de la gente que nos visita en casa esos días para “ver” nuestra ofrenda- provoca la sensación de que durante esos días el planeta deja de girar y el tiempo simple y sencillamente se detiene…

Espero haberle respondido a sus preguntas… de cualquier manera estoy a sus órdenes para atender cualquier otra duda…

Saludos….

* Precisamente la segunda parte del texto está enfocada a la parte “práctica”, a la convivencia y formas espirituales de interactuar con la Santa Muerte…

Rubén Cuevas

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (primera parte)
« Respuesta #3 en: Marzo 05, 2009, 10:06:55 pm »
Gracias omoire por sus interesantes respuestas.....

Solo un comentario a sus respuestas y que me causó una sonrisa ;D: pero sí le puedo afirmar que conozco a más de un Babalowo que le tiene pavor a esta entidad espiritual…

El sacerdote de Ifá de la diáspora africana en el cuarto de iniciación y  en una de sus ceremonias baila simbólicamente con la muerte; y esto lo hace, para poder sentarse en el lado oscuro cuando maneja el oráculo de Ifá, pues sentado en el Oeste u ocaso del Sol (donde comienza el reino de la noche), punto nodal que representa a la muerte y su reino, puede contemplar la vida (la Salida del Sol u orto); de allí que muchos repitan la frase que más parece un cliché de Holiwood que otra cosa, de que el babalawó es un muerto viviente. Por eso me causó una sonrisa lo que usted afirmó, amén de que el ícono que representa al mismo Orunmila es el Dios Cronos (el Saturno romano) y que al igual que "La Doña" porta una guadaña, símbolo de la cosecha que se recojerá al final de la vida y que está representada por el trigo segado en el arcano trece del Tarot (consultar el texto de Samuel Aun Weor). Ya queda claro para mi que no hay inconveniente alguno para un sacerdote de Ifá de la diáspora en aceptar un sincretismo más.

Suerte y continúe usted pues con su maravillosa exposición.

omoire

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (primera parte)
« Respuesta #4 en: Marzo 05, 2009, 11:51:22 pm »
Saludos Oluwo...

je je je, pues eso de afirmar que los Babalowos le tienen pavor a la Santa Muerte dude en comentarlo, pero lo consideré importante ya que es parte de las vivencias personales relacionadas con las Santa Muerte...

También he omitido deliveradamente los paralelismos con más deidades míticas o pertenecientes a otras expresiones paganas (que en nuestro caso considero en realidad esta devoción como neopaganismo), pues siempre nos vamos encontrar en las culturas ancestrales deidades relacionadas con el sol, la luna, el mar... y la muerte, pero en este caso, si de "emparentar" se trata, por lo regular la mayor similitud que los estudiosos suelen hacer entre la "Doña" y otra deidad es curiosamente con el Hades griego, pero... eso sería aceptar que aquellos que a su vez la relacionan con Oyá están en lo cierto... en lo personal me inlclino por acercarla más a Ikú y su conciencia "individual" de lo que hacen... pero bueno, eso siempre se da entre los mortales: emparentar, sincretizar, polemizar, negar pero nunca entender...

Olvidé comentar su posdata: no veo el motivo para que las conciencias se sientan sacudidas por su afirmación, sobre todo porque la Iglesia católica y el Vaticano se caracterizan por ser unos mentirosos... tampoco creo que ellos mismos tuvieran una respuesta razonable para responder su pregunta, sin embargo, haciendo de lado  la "versión oficial", su servidor no ve con malos ojos "otras teorías", como la que propuso hace algunos años en un curioso libro Eugene E. Whitworth: quizá no lo son los motivos finales, pero sí las formas las que llevaron a Jesucristo a aceptar "su muerte"...

Pero finalmente aceptar versiones alejadas de la hisotria oficial nos hace caer en una polémica más fuerte, tan "escandaloza, injuriosa y profana" que ni siquiera este mundo postmoderno que todo lo presume conocer, acepta: "La Cátedra Espiritual", señalada por la Iglesia Católica (y por supuesto por el Vaticano) como la peor blasfemia que puede hacerse al Dios mismo y al Cristianismo: ¿será posible que en pleno siglo 21 los gerentes del Vaticano se atrevan a prohibir (incluso a perseguir, aunque algunos incrédulos consideren que los oficios inquisitorios fueron sepultados en la edad media), una práctica religiosa en la que sus creyentes hacen ver ante los ojos de la propia Iglesia a los seguidores de Satán, a Santeros, a Ateos, a Asesinos seriales, a creyentes del Vudú y a todo integrante de cualquier secta que afirme que el presidente de Estados Unidos es extraterrestres, como ingenuos pequeños que acuden al kindergarden a jugar a los malos con sables y pistolas de plástico...

"La Cátedra Espiritual"... espero algún día tener el tiempo de describirla para poder compartir con el Foro OmiBabalú los pormenores de esa "polémica" práctica espiritual...

Saludos...

Rubén Cuevas

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (primera parte)
« Respuesta #5 en: Marzo 07, 2009, 09:41:21 pm »
Saludos Omoiré.....

Me tome la libertad de fijar en el foro el tema relacionado con La Santa Muerte, debido a que es muy nutritivo espiritualmente, y todo sacerdote de Osha e Ifa, debería conocer la multiplicidad de religiones y cultos que hoy en día practican otros pueblos, pues ese saber le permite comparar y sobre todo respetar lo que le es ajeno, amén de que al adquirir un nuevo conocimiento, este le puede ayudar a consolidar su propia fe, cosa que no muchos religiosos hacemos, sino que por miedo o ignorancia rechazamos.

Rubén Cuevas moderador de Omibabalú.

Rubén Cuevas

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (primera parte)
« Respuesta #6 en: Marzo 10, 2009, 06:00:25 pm »
Saludos foristas.....

Quiero primero que nada las gracias a Omoiré por su atención de enviarme un documental sobre La Santa Muerte. Este excelente reportaje realizado por Eva Aridjis, da un gran fresco sobre que segmento de la población mexicana profesa el culto, en que lugares se practica, sus posibles origenes y una serie de entrevistas, que en su mayoría son pruebas de fe de la existencia de La Doña. En particular me llamaron la atención dos aspectos:

El primero, es la ingenua explicación que da del sacerdote católico Sergio Román, a que dos millones de mexicanos profesen un culto, que a pesar de que una de sus vertientes se ubica en el seno del catolicismo, el mismo sea condenado por esta. La iglesia católica desde que fue fundada e institucionalizada se unio al poder de estado (Constantino), en ese momento el cristianismo perdió su esencia y le dió la espalda a los pobres y desamparados de la tierra. Hoy día la iglesia sigue en esa postura, especialmente en aquellos pueblos donde la iglesia ha ejercido su poder con saña (la mayoría de las veces con violencia); por eso me asombra que este prelado ni siquiera asuma una posición respecto al culto, sino que apele a los escritos bíblicos, para condenar por antonomasia el culto a La Santa Muerte, pues es una adoración a Satán por antonomasia, cuando en realidad el argumento que uso es tán ilógico, que sin estudiar teología puede ser derribado.

La segunda, los danzantes que bailan como ofrenda a La Santa Muerte en la calle Alfarería (donde según el documental, está el altar mayor a La Doña). Este rito además de ser muy  pintoresco, sentí que tiene una antiguedad y una fuerte carga espiritual, eso a pesar de que al tener carácter prehispánico, seguro la iglesia católica lo considerará paganismo también. Pero en esa danza, se ve la sinceridad del guerrero al bailar ante la muerte, pues sabe que en el combate le verá la cara a La Flaca y solo ella decidirá si se va o se queda.

Finalmente, la limpieza con veladoras frente a su altar, el aguardiente, las ofrendas, los vestidos que se le confeccionan a La Doña, los adornos que lleva y la misma fe de sus devotos, son la mezcla cultural y religioso más rica que he visto en un culto; con decirle que cuando estaban entrevistando a  Enriqueta Romero, me fije que en el altar de La Santa Muerte, había una figura de la Diosa Kali.

Suerte. 

omoire

  • Visitante
Re: La Santa Muerte (primera parte)
« Respuesta #7 en: Marzo 10, 2009, 06:09:36 pm »
saludos Oluwo...

ja ja ja, disculpe la risa, pero me ha brotado de forma espontánea y de manera muy agradable... le diré que conozco otro altar donde curiosamente también tienen colocado una imagen de la Diosa Cali... si usted supiera a cuántas entidades espirituales un espiritualista puede pasar como materia?... ojalá algún día usted y su familia puedan venir a méxico para presenciar en vivo y en directo todo esto y mucho más: Gaga y su servidor se comprometen a hacerlos testigos de todo lo que hemos posteado en el Foro OmiBabalú ...

Saludos y ya va la tercera parte de los posteos sobre la Sannta Muerte...