Yemayá Okuté era una mujer apasionada y voluntariosa y a causa de su carácter o forma de ser tuvo una gran guerra con todos los hijos de su tierra. Como resultado de esto todos las Arayés se pusieron de acuerdo para vencer a Yemayá Okuté, esta que tenia un gran poder de Eggún lo azuzo contra sus enemigos par esto la mortalidad fue enorme en esa tierra. Ella atemorizada huyo de esa tierra y comenzó a peregrinar por distintas tierras, hasta que llego a la tierra de Omí Mayafra que era lejos de su tierra y era tierra de nieve y hielo. Allí ella, en virtud del gran poder que ella tenía sobre Eggún y el ashé que Olófin le había dado hizo una vida utilizando a Mayafra como su vestido.
Habían pasado muchos años y nadie sabia de Okuté, numerosos guerreros y reyes habían salido a buscarle infructuosamente, pues nadie osaba pasar los limites de la tierra de Omí Mayafra que era el reino del silencio y la muerte. Oggún que era un guerrero decidido se armó con todas sus fuerzas y se dispuso a salir a buscarla, pero antes fue a casa de Orunmila y este le vio este Ifá donde marco Ebbó.
Oggún orugbo y salio rumbo a su tierra y al llegar a ella comenzó a buscar a Okuté y quedo maravillado al encontrar una mujer cuya piel era brillante y cubierta de Mayafra, el se acerco a ella y aprovechando que estaba durmiendo la envolvió en sus cadenas y la llevo a una cueva donde el calor de su cuerpo haciéndole ofikale Trúpon lo volvió sensible y la hizo su mujer donde ella se quedo viviendo y comiendo al lado de Oggún. Pero ella le dijo que ella recordaba el bien que le hizo, Omí Mayafra tendría una corona y manto de esa tierra. Por eso a Yemayá Okuté se le conoce con el nombre de ayaba Mayafra (reina de las nieves).
Nota: Por este camino es que Yemayá se le identifico con el nombre de nuestra señora de las nieves.[/color]
Sinceramente yo no leo nada que sea censurable en la historia.... No obstante, si haré un comentario sobre el patakí. En este relato se diferencian claramente dos de las bacterias que han corrompido el culto a los Dioses yoruba. La primera es el panteísmo presente en ella, al sugerir la historia que a Yemayá se le debe adorar también en la fase de congelación del agua (en forma de hielo y nieve). Aquí volvemos al error al adorar la causa y no al efecto. La segunda bacteria es mucho más clara, el catolicismo, el cual pide adoración a la Virgén de la Soledad de las nieves. Por cierto, que una mujer que tuve hace muchos años se llamaba así, Soledad de las Nieves y era frígida... Joder con el patakí.
Suerte.